El incidente ocurrió en una estación del ferrocarril subterráneo en Manhattan. Allí, Cecil Williams, de 61 años y quien padece ceguera, comenzó a sentirse débil mientras se dirigía al dentista.
"Él trató de sostenerme", relató más tarde Williams, sin poder ocultar su emoción mientras recibía cuidados médicos en un hospital. "Me salvó la vida", añadió.
LADRIDOS FRENETICOS
Testigos señalaron que Orlando comenzó a ladrar frenéticamente y trató de impedir que Williams, al desmayarse, cayera a las vías.
No obstante, el hombre se desplomó, y el perro saltó tras él.
Matthew Martin contó al diario "New York Post" que Orlando siguió tratando de levantar a Williams incluso cuando un tren se aproximaba.
"Lo besaba con la lengua, tratando de hacer que se moviera", describió.
Quienes se encontraban en el andén comenzaron a pedir ayuda y el maquinista redujo la velocidad del convoy, mientras Williams y Orlando yacían en la fosa entre los rieles.
Y aunque el tren tocó a ambos, ni el ciudadano ni su perro quedaron gravemente heridos, informó la Policía.
FELIZ RESCATE
Una vez detenido el tren, personal de emergencia rescató al hombre con una camilla y lo trasladó a un centro asistencial. El perro lazarillo no sufrió lesiones graves y más tarde se instaló en la cabecera de la cama de hospital donde su amo se recuperaba.
"Siento que Dios, los poderes con los que reina, tienen algo deparado para mí. No me llevaron esta vez. Estoy aquí por una razón", expresó el hombre.
Williams, quien vive en Brooklyn, perdió la vista en 1995. Orlando es su segundo lazarillo: cumplirá 11 años el 5 de enero y pronto se "jubilará".
Como su seguro de salud no cubre el mantenimiento de un perro que no trabaje, su dueño se verá obligado a buscar una buena familia para que lo cuide. Si tuviera dinero, reconoció, "definitivamente me quedaría con él".