Ciccio es un pastor alemán (quizá un mestizo) de unos 12 años de edad. Se le puede ver a diario en la iglesia de San Danos, dónde su dueña acudía a misa y él la esperaba. La última vez que Ciccio acompañó a su dueña a la iglesia fue el día de su funeral.
Su dueña falleció hace dos meses pero Ciccio (cuyo verdadero nombre es Tommy pero todos llaman Ciccio) la espera pacientemente.
Primero esperaba en el cementerio de Sta María de la Asunción, en San Danos, dónde se le podía ver junto a la tumba de su dueña, Mary Margaret Loch, de 57 años, que dedicó toda su vida a los perros.
El sacerdote dijo que la primera vez que lo vio entrar en la iglesia, cabizbajo y despacio, no tuvo valor para echarlo. Lejos de ello, Don Donato, el cura del pueblo, le permite estar en la iglesia durante las misas y para el resto del día le ha habilitado un cobijo fuera de ella pero en su recinto. Dice que sería incapaz de romper el hilo de esperanza que mantiene el perro atado a la memoria de su dueña.
Se acuesta junto al sacerdote mientras este da la comunión, o se sienta junto al altar durante la misa con la mirada perdida y aire nostálgico. Los feligreses se han acostumbrado a él y lo ven como uno más dentro de la iglesia.
Mary Margaret era soltera, no tenía hijos y su madre murió unos meses antes que ella. Tenía pasión por los perros. Alimentaba a los perros callejeros o los atendía si los veía en mal estado, pero entre todos ellos Ciccio ocupaba un lugar especial.
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viernes, 25 de enero de 2013
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