Es difícil calcular y establecer con exactitud la frecuencia con la que se da, no solo por la falta de suficientes estudios especializados alrededor del mundo, sino principalmente porque no existen límites claros y definidos acerca de la presencia o no de intersexualidad. La combinación de órganos genitales, cromosomas, gónadas, hormonas y aparato reproductor interno de las personas son algo único en cada persona y, por tanto, las posibilidades son casi infinitas.
De hecho, cerca de 1 de cada 2.000 niños nace con genitales que no son fácilmente reconocibles para un adulto. Según la bióloga molecular Anne Fausto-Sterling, profesora de la Universidad de Brown, hasta un 1,7% de la población presentaría en un cuerpo alguna variación de lo considerado totalmente masculino o femenino.
Cabe señalar que dentro de los estudios que se han realizado al tema de la sexualidad humana, hasta el día de hoy, con la tecnología y conocimientos que poseemos, aun no podemos definir por qué existen tantas variedades si nosotros somos hombres y mujeres…
Ojo, si leemos el párrafo anterior nos damos cuenta de algo, “somos hombres y mujeres”, el concepto de femineidad y masculinidad lo definimos biológicamente, ampliamente caracterizado por nuestros órganos genitales a primera impresión cuando nacemos, desde entonces se nos comienza a tratar de acuerdo a los roles por los que nacimos.
Pero el concepto “hombre” o “mujer” y sus roles específicos en la sociedad son tan solo una construcción social que hemos desarrollado con el fin de dar nombre (por no decir entender) la importancia de cada quien en esta sociedad.
CONTINUARÁ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario