domingo, 18 de noviembre de 2012

En los zapatos del otro.(Primera parte)

EN LOS ZAPATOS DEL OTRO

(Por Mario Schauer desde Honduras)

Saludos amigos, amigas y amigues…

Rompiendo e tabú tiene como finalidad, como su nombre lo dice, romper el tabú y para ello debemos hablar del tabú. Los temas considerados tabú en Honduras no son los mismos que existen en Estados Unidos, España, Noruega, Italia etc., si por alguna razón nos interesamos en un tema en especial, seguro acudimos al pasado, leer libros de historia o simplemente acudimos a la biblioteca mundial accesible a toda persona que tiene conexión a la red.

La internet nos puede dar información de cualquier tema que queramos, ya sea infantil, adulto, personal, prohibido o cualquier tema que nos interese.

Quizá para entender el tabú o aprender a reconocerlo, es necesario comenzar a vivirlo desde sus zapatos.

En una ocasión hace poco tuve una reunión con una empresa muy grande de café en Honduras, recuerdo que aparque el carro en la acera frente a las oficinas administrativas, me baje del auto y toque el timbre donde me recibió el guardia de seguridad, le comente que venía de parte del Foro Nacional de Sida, donde laboro como voluntario, el guardia dio el anuncio de mi presencia y mientras recibía respuesta, me preguntó qué cuantos sidosos habían en el país.

Me tomo por sorpresa que me preguntara de esa manera, un tanto grotesca y ofensiva según el nuevo lenguaje de Derechos Humanos en relación al tema del VIH o SIDA, me recordó al tipo que conocí por internet y que lo primero que dijo era que yo era el sidoso del que tanto hablaban, lo pueden leer en el capitulo IX, “El Sidoso”, pagina 87 de mi libro “La Vida Con Sida” recién publicado en Honduras. Respiré hondo y le dije al señor que habían alrededor de 30 mil casos de VIH en Honduras y 21 mil personas ya están en etapa de SIDA, el guardia a quien no le pregunté su nombre porque no sabía cómo abordarle, se quedo pensativo, le dijeron que pasara a la sala de espera para esperar la reunión a la que estaba programado.

Cuando pase el portón, el me siguió, cerro el portón, hice una pequeña pausa y me di vuelta y le dije al guardia.

“Por cierto, yo soy uno de ellos” le dije mientras le mostraba la portada de mi libro.

Su reacción fue inmediata, me volteó a ver después de ojear el libro y me dijo “NAAAAH, usted no es así, usted no esta enfermo”.

Ese momento fue tan rápido sin embargo lo sentí tan lento, tuve tiempo de pensar en el lenguaje que el uso al referirse a las personas que tienen VIH y más aun, su reacción cuando le comente que yo también soy “SIDOSO” según el vox populi, aunque lo que tengo es VIH no SIDA, al menos no todavía.

El colmo es que aun cuando le mostré el libro y le dije que soy VIH positivo, todavía tuve que convencerle que en realidad era yo de quien le estoy hablando, luego me despedí, entre a la sala de espera y fui a la reunión.

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