(Por Mario Schauer desde Honduras)
Cuando Salí después de unas horas de reunión el mismo guardia se me acercó y me preguntó que cómo se le dice a las personas que tienen eso, en referencia a las personas que viven con el VIH, le comente que se nos dice persona viviendo con VIH o preferiblemente por el nombre asignado en el registro de las personas cuando nacieron, luego me encaminó hacia la puerta y de sus labios salieron estas palabras, “cuando me pase eso, a usted lo voy a buscar para que me ayude” a lo que le respondí que con el uso correcto del preservativo, fidelidad y una vida sexual monógama podría evitar tener VIH, sonrió y se despidió de mi.
Me senté en el carro con cierto grado de satisfacción por haberle aclarado algunos términos a una persona que no sabe nada acerca del VIH, luego me di cuenta que como esa persona que me atendió hay miles de personas que aun son ignorantes del tema del VIH ya sea porque no saben lo que es, o no saben cómo cuidarse o piensan que jamás podrá pasarle a ellos.
Otro ejemplo un poco mas fuerte emocionalmente paso cuando hace poco en mi correo electrónico me llego una notificación de que había un comentario en mi blog de Diario el Heraldo, Rompiendo el tabú, donde alguien de quien no mencionare su nombre comenzó a insultar muy personalmente mi reportaje en el blog, un blog es una forma de comunicación más personalizada, más informal pero con una capacidad para influir en el agente de muchas maneras, confieso que me alteró algo el correo que me mandó, a lo que conteste de forma fuerte, donde le decía que le rogare a Dios que jamás le pase esto a él o a alguien de su familia, no debemos desearle este mal a nadie, sin embargo consideré que merecía lo que le dije.
Pocos días después recibí otro correo insultándome de nuevo ofendiéndome de maneras muy personales, a lo que mejor decidí ignorar al tipo que me estaba escribiendo.
Borrón y cuenta nueva ¿no?
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